Cada vez que nos enfrentamos al bochorno de tener que evitar que el carísimo vino, la exquisita bebida gaseosa o cualquier otra bebida definitivamente demasiado buena para tirarla a la basura se ponga rancia, entonces llega la hora del tapón de vino para salvar el aroma y/o el dióxido de carbono de la vergonzosa evaporación. Pero no cualquier tapón de vino, por supuesto, sino nuestro ingenioso e inteligente minisombrero de nombre furiosamente original El Corko, que a partir de ahora se encargará de que la botella abierta pueda vaciarse al día siguiente con la conciencia tranquila y con placer. Y lo hace con aplomo, con un ala ancha y una cinta para poder llevarla alrededor del cuello de la botella (en este caso), igual que el modelo. Lo que no sólo es funcional, sino también un gran adorno.

Así que ya ves: si vas a tapar una deliciosa botella, hazlo con este sombrero.