Si hemos de creer a los amigos de los refrescos a base de lúpulo, no hay nada peor que la cerveza caliente. Y, por desgracia, una vez que se ha producido lo inaudito, ni los cubitos de hielo ni otros perezosos trucos de riego ayudan. Lo que sí ayuda, amantes de la cerveza, son nuestras maravillosas y superprácticas barritas enfriadoras para cerveza, que llevan siempre tus bebidas en el punto frío perfecto, a la temperatura adecuada para beber en un abrir y cerrar de ojos.

Para ello, ambas barritas se enfrían previamente, por así decirlo, en el congelador y, a continuación, simplemente se introducen en las respectivas botellas - y lo que antes era prácticamente imbebible sabe fresco y alegre. No importa si se bebes directamente de la botella o si viertes la cerveza con cuidado. Luego se aclara brevemente y se vuelve a meter en el congelador. Y así sucesivamente. Dependiendo de cuántas botellas quieras hoy. Con esto en mente: ¡salud!