Si citamos la famosa escena del maestro Miguel Ángel en la Capilla Sixtina (un lugar de amor, alegría y tolerancia), entonces ésta debe ser una tarjeta de felicitación muy especial para una persona muy especial. Por lo tanto, los historiadores del arte, en nuestra obra de arte de la tarjeta personalizable, aparte del texto correcto (como es bien sabido, no existe tal texto en el original), deberían, por supuesto, pensar detenidamente quién es quién aquí y quién da vida a quién, por así decirlo. Dependiendo de la ocasión (¿San Valentín? ¿Cumpleaños? ¿Aniversario? ¿Un día cualquiera?).

Una pequeña pista: nosotros prescindiríamos del contexto teológico, a diferencia de nuestro camarada deportivo Buonarotti ;-) Pero como no nos metemos en (algunos) asuntos internos, no queremos decirte lo que tienes que hacer. Sólo queremos invitarte a que subas tus fotos, escribas unas palabras bonitas y hagas feliz a alguien por correo. Esto no es arte, pero siempre es bienvenido.