Así que, queridas y queridos ornitólogas y ornitólogos aficionados, esto es lo que vamos a hacer:

• Primero nos damos un buen baño caliente (después de todo, ha sido un día duro y nos merecemos un poco de relax).
• A continuación, cogemos el cartón de huevos, ya sea de color amarillo pato o rosa flamenco, y sacamos de él un huevo.
• Lo dejamos caer, como quien no quiere la cosa, al agua de la bañera.
• Aspiramos el aroma y esperamos un poco. ¡Oh!

Finalmente, nos sumergimos en el agua perfumada y nos ponemos en modo avión durante la siguiente media hora. Y que nadie diga que los huevos de los pájaros son sólo para los pájaros. (Bueno, en realidad lo son, pero las excepciones confirman la regla. Al menos en el baño).