Un texto propio ya de por sí es muy guay. Un texto propio más una foto a elegir es, lógicamente, aún mejor (por lo de «vale más una imagen que 1000 palabras» y esas cosas). Como en nuestro felpudo personalizable, con una foto bonita y una frase rotunda que le confiera un toque absolutamente único a la puerta de entrada, sea como sea esta. En cualquier caso, tiene las dimensiones suficientes y una parte trasera de goma para que limpiarse los zapatos no acabe en un número de equilibrismo.

Por cierto, es un regalo ideal para la inauguración de un piso y otras ocasiones hogareñas. O para lo que sea.