"Invisible" por supuesto, porque no puede verse realmente - al menos desde el frente. Ésa es la magia de nuestro soporte para portátiles. Como mucho, se puede adivinar desde la parte trasera, pero ¿quién mira ahí atrás? Pero... no nos limitamos a ocultarlo así sin más, sino que buscamos la excelencia original y por ello proponemos una variada y divertida paleta de colores y diseños. Desde el más artístico hasta el más discreto gris. Ya se sabe, para gustos... Además, es ligero como una pluma, se pliega en un segundo y, por supuesto, también tiene una altura ajustable. El ordenador se sujeta con una almohadilla adhesiva reutilizable para que no se resbale, de modo que puedas dejarlo en el soporte cuando estés fuera de casa después de doblar este último debajo del primero.

Conclusión: Superpráctico y además, elegante. Y eso es todo lo que se puede pedir a un trípode.